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¡No Quiero Perder Mi Dedo! (Pie Diabético)

Cada día son más las personas que sufren de afecciones en sus pies a causa de la diabetes. La diabetes descontrolada es responsable del aumento en la incidencia de amputaciones en las extremidades inferiores por causar la condición conocida como neuropatía diabética. Esta condición es actualmente el factor de riesgo principal para amputaciones, ya que causa falta de sensación.

El paciente diabético poco controlado comienza a sufrir de extrañas sensaciones en sus pies que muchas veces son descritas como ardór, hincadas, quemazón, dolores agudos y, en el peor de los casos, falta de sensación.

La sensación en nuestros pies es sumamente importante, pues nos indica cómo y donde pisamos al caminar. Nos indica si los zapatos están muy apretados y nos deja saber cuando necesitamos un descanso. Nos avisa si hemos pisado algún objeto cortante o si nos hemos quemado con agua caliente.

Lamentablemente, el paciente diabético que sufre de neuropatía diabética no posee este mecanismo de aviso. Por esta razón, muchos pacientes presentan heridas, lesiones e infecciones no esperadas. Estas heridas e infecciones llevan a muchos pacientes a perder sus piernas.

Otra condición frecuentemente encontrada en los pacientes diabéticos es la pérdida de circulación arterial en las extremidades inferiores. Los vasos sanguíneos que transportan la sangre oxigenada a los pies se obstruyen en múltiples lugares y causan la inhabilidad de sanar heridas en la población diabética.

La mayor parte de las amputaciones de las extremidades inferiores en pacientes diabéticos se debe a la combinación catastrófica de neuropatía diabética e insuficiencia arterial (falta de circulación). Un paciente que sufre una herida en su pie y, por falta de sensación, no se atiende con urgencia y, a su vez, sufre de poca circulación es, sin duda, un candidato a una amputación.

Existen muchas maneras de orientar a nuestro pueblo a prevenir y evitar amputaciones. Lamentablemente encontramos casos, que aún con el mayor esfuerzo de prevención, vemos pacientes con heridas en los pies que se deterioran al paso de los días. Es importante que los pacientes comprendan que la meta principal en el tratamiento de complicaciones de pie diabético es salvar la pierna. Nuestros dedos y nuestros metatarsos no dejan de ser menos importantes pero en condiciones donde éstos son insalvables, pasan a un segundo plano. El paciente que se enfrenta a la dura decisión de consentir una cirugía de salvamento debe tener plena confianza, de que a través de la cirugía propuesta comprometerá una parte importante de su cuerpo como son los dedos de los pies, para salvar una parte aún de mayor importancia, que es la pierna. Muchas veces hay que amputar uno o dos dedos o todos lo dedos y metatarsos para salvar la pierna. Un paciente con amputaciones distales en los pies puede caminar muy bien con zapatos y plantillas hechas a la medida y mantenerse saludable y útil en nuestra sociedad. Por el contrario, un paciente con una extremidad amputada se deteriora rápidamente por la falta de ambulación e incapacidad de ser independientes. Muchos se deprimen al ver que podrían ser una carga para sus familias y muchos desarrollan problemas cardiacos por el esfuerzo inmenso que hacen día a día para lograr tareas comunes que antes no eran un problema.

Por estas razones, el paciente diabético debe recibir la orientación y la educación necesaria y ser evaluado por un médico podiatra cada dos o tres meses si sufre de neuropatía diabética y poca circulación arterial en sus extremidades. El paciente debe seguir las recomendaciones en el hogar:

  • Examinar sus pies diariamente para ver si tiene cortaduras, ampollas, hinchazón y uñas encarnadas.
  • Lavar los pies con agua tibia (no caliente) y jabón.
  • Secar bien entre los dedos y usar talco para mantener la piel seca.
  • Cortar las uñas con cuidado y mantenerlas cortas. De sufrir neuropatía, debe visitar al podiara para que le provea este servicio.
  • Nunca caminar descalzo, ni siquiera dentro de su casa.
  • Usar siempre zapatos cómodos con suela de goma y medias de algodón.
  • Usar zapatos de goma para caminar en la playa y aplicar crema protectora en la parte superior de los pies.
  • Hacer ejercicios con tenis de correr (“running shoes”) preferiblemente de marcas reconocidas. El zapato o tenis debe ser, por lo menos, una pulgada más grande que el dedo más largo del pie.

Recuerda que el paciente diabético necesita obtener tratamiento multidisciplinario para su control y su salud general. El paciente, a su vez, necesita ser parte activa en su cuidado y velar por la salud de sus pies en todo momento.

Dr. Carlos Arroyo Romeu. DPM, FACFAS.
El autor es Director del Instituto de Podiatría y
Pie Diabético de Puerto Rico.